Ayer visitamos el Museo Arqueológico Nacional. Fuimos en metro hasta la calle Serrano con sus tiendas adornadas para la Navidad, mucha gente de compras y paseando. Aunque hacía frio, el día estaba muy bonito.
Llegamos al museo, en la entrada había varios grupos de chicas y chicos de excursión con el instituto y muchos turistas. Subimos hasta el primer piso, no sabíamos bien qué íbamos a encontrar y descubrimos salas muy grandes y los patios cubiertos que dan luz natural a las estatuas.
Nos sorprendió ver objetos con casi dos mil años de antigüedad muy parecidos a los de ahora. Platos y jarros de cerámica y de cristal que nos gustaría tener en casa, lamparitas de aceite y sobre todo, las joyas, pulseras y collares con diseños que parecen de hoy en día. Nos ha gustado pensar en mujeres de hace muchos siglos con sus zarcillos en las orejas. La importancio de conocer nuestro pasado para comprender la historia.
También los mosaicos, colgados en las paredes como si fuesen cuadros, hechos con piedrecitas de colores, ¡qué trabajo, y nos preguntamos cómo harían para no pisar los trozos que iban terminando!
Y así llegamos hasta la Dama de Elche, rodeada de niñas y niños pequeños con su profesora y que nos ha recordado a las falleras de Valencia.
Para terminar, vimos las coronas del Tesoro de Guarrazar, qué bonitas, con una cruz que parece la de Caravaca.
Al salir vimos el mercadillo de Navidad de la Plaza de Colón y cogimos de nuevo el metro para volver. Está bien salir del barrio y pasear por otras zonas de Madrid, que, la verdad, está bonito en Navidad.